En la cultura Celta el nudo era un símbolo que representa la eternidad tanto de la naturaleza como del alma, el ciclo de la vida ininterrumpido de nacimiento y renacimiento ya que su diseño no tiene principio ni fin.
En la cultura Celta el nudo era un símbolo que representa la eternidad tanto de la naturaleza como del alma, el ciclo de la vida ininterrumpido de nacimiento y renacimiento ya que su diseño no tiene principio ni fin.